Cero Absoluto de Allan Folsom

Para empezar, tengo que admitir que la única razón por la cual decidí leer este libro es por la esvástica en la tapa. No, no soy partidaria del nazismo, pero si una amante de la historia y pensé que el libro tendría algo que ver con la II Guerra Mundial ¡Error!

Todo comienza en una conferencia médica en Ginebra, donde el doctor estadounidense Paul Osborn conoce a una colega francesa llamada Vera Monneray, de la cual se enamora y sigue a París, en donde casualmente se encuentra al desaparecido asesino de su padre, Henri Kanarack/Albert Merriman. Decidido a vengar la muerte de su padre, contrata a un detective privado para que de con el paradero de Kanarack. Éste lo hace y al día después aparece muerto. ¿Por qué? ¡Aquí vamos!

Kanarack es un matón a sueldo quien asesinó a 4 científicos (incluido el padre de Osborn) quienes construyeron, sin saber nunca el uno sobre el otro, una máquina con tecnología de punta para decapitar y luego congelar estas cabezas al 0 absoluto. ¿Cero absoluto? Temperatura de -263,15°C o -459,67 °F en donde, hipotéticamente, cesaría todo movimiento de moléculas, lo que permitiría una operación limpia sin cicatrices. La Organización que mandó a construir esto en el más sagrado secreto fue quien contrató a Kanarack y también fue la encargada de decapitar cabezas y esparcirlas por toda Europa.

Detectives franceses, Scotland Yard, Interpol y LAPD McVey investigan estos casos y dan con el cirujano Paul Osborn, creyendo que él es quien está detrás de todo.

Después de seguir pistas por Londres, París, Berlín y finalmente el imponente Jungfrau (montaña alpina en Suiza), dan con un tal Elton Lybarger y una fiesta en su honor en el Palacio de Charlottenburg donde asistirán todos los pertenecientes a la Organización.

Ahora, ¿Qué es la Organización? ¿Quieren saber? Les voy a arruinar el libro asi que lo que lean a continuación será bajo su propio riesgo, aunque si en la parte de Berlín se dan cuenta de todo, como yo ¡se sorprenderán! La Organización es gente rica, políticos, socialité, neonazis alemanes quienes crearon ésta máquina mortal para separar cabezas de cuerpos e implantarlas en otros, tal como hicieron con el pobre señor Lybarger quien, al parecer, no tenía idea de nada. ¡Nunca lo supo! Nunca supo que el fue un experimento, el primero en tener éxito, una cabeza con un cuerpo mucho más jóven. Si la Organización hubiese tenido éxito hasta el final, hubiesen logrado su gran plan, el de unir un cuerpo saludable y fuerte a la cabeza de quien fuera su líder, Adolf Hitler, ya que cuando el supuestamente se suicidó en su búnker, el doctor Salettl cercenó su cabeza y la mantuvo congelada desde 1945 para algún día poder completar su más grande ambición, de la cual se arrepentiría.

Un libro excelente que no te decepciona nunca. Allan Folson lo hizo de nuevo, para mí. Éste libro fue el 1ro de su carrera.

¿Comentarios? Estoy dispuesta a leerlos.

Próximamente: El Ocho de Katherine Neville.

¡Saludos!